Mira por donde en Alemania también tienen a sus Díaz Ferrán. y no es que pueda consolarnos algo así porque desde siempre se sabía que los golfos y defraudadores están repartidos por todo el mundo, pero desde que la señora Merkel es la encargada de echarnos la bronca al resto de los países de la Unión Europea, tenemos un complejo de ser los peores de la clase que no hay quien nos lo quite de encima.
Según fuentes de la fiscalía alemana, se calcula que fundaciones y ciudadanos individuales tienen depositados 150.000 millones de euros de dinero negro en bancos suizos , y para luchar eficazmente contra esa lacra, el gobierno germano compra desde el año 2007 información sobre defraudadores a denunciantes anónimos que trabajan en la banca suiza, y por cada 3 millones y medio de euros que se gasta en obtener estos datos recupera para el fisco 1.300 millones.
De esta forma no sólo ingresan importantes cantidades de dinero defraudado al fisco sino que además provocan un efecto de pánico muy saludable, porque para evitar sanciones más graves 40.000 defraudadores se han autoinculpado y han regularizado su situación con la Hacienda de la señora Merkel.
Es cierto que en Alemania está abierto un debate que pone en cuestión este método porque algunos consideran que no es correcto pagar a chivatos anónimos que, además sustraen esa información a las entidades bancarias en las que trabajan, pero mientras se solventa esa duda las autoridades germanas siguen recaudando.
Alemania y Suiza pretendían aprobar un acuerdo fiscal que grabaría entre el 21 y el 41 % las cantidades que anónimamente se ingresaran en la Hacienda del primero de los países del dinero negro depostitado en la Confederación helvética, pero el Bundesrat lo ha rechazado no solo por una cuestión ética sino porque consideran mas eficaz y ejemplarizante pillar a los defraudadores y multarles.
No está mal el método y aquí deberíamos hacer lo mismo.
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