A veces me da la sensación de que Pablo Neruda escribió alguno de sus versos pensando en Mariano Rajoy, aunque jamás lo conoció.
«Me gustas cuando callas porque estás como ausente o me gustas cuando callas porque estąs como distante», le vienen como anillo al dedo, no en su faceta más hermosa sino en la más irónica, porque yo sigo sin entender los silencios del Presidente del gobierno.
Hay quienes ya han dado por normal su forma distante de ser a la hora de enfrentar los problemas. Yo no le niego buena voluntad pero le atribuyo sin lugar a dudas una termenda torpeza, porque la política se hace con la palabra y las acciones, y cuando falta uno de estos dos elementos fundamentales, no hay política eficaz.
Rajoy es el ausente de la palabra, hasta el extremo de que algunos de sus ministros veces ejercen un mayor liderazgo que él.
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