La imagen de un significativo grupo de sindicalistas insultando a la juez Mercedes Alaya, instructora del caso de los ERES de Andalucía y exigiendo que ponga en libertad a sus compañeros imputados y detenidos por estar bajo fundada sospechas de haber cometido graves delitos de fraude y apropiación indebida, a mí no me ha sorprendido nada.
Si hay en España alguna organización que no deja de mirarse el ombligo y que tiene comportamientos clasistas, insolidarios,,corporativistas y defensora a ultranza de sus propios intereses, son los sindicatos. Por eso no me sorprende que sean incapaces de soportar que uno de los suyos pueda ser molestado por un juez, porque ellos se consideran intocables.
Sería injusto no reconocer a las organizaciones sindicales momentos de responsabilidad histórica, pero eso era cuando sus dirigentes (que habían pasado años en las cárceles franquistas) eran ejemplares, y no ahora que viven como marqueses de antes de…
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