Cada fin de semana cuando Rubalcaba da una charleta a un grupo de militantes socialistas, y la televisión recoge sus palabras, hace un discurso que más se parece a un sermón apocalíptico que a un mitin de partido. Sus mensajes rayan en lo simplón porque están preñados de frases tópicas. No pronuncia un mensaje que anime a quienes les escuchan a decir ¡”Este es mi líder!”, porque lo suyo es acusar a la derecha de meapilas y antifeminista, y ¡ vive Dios! que existen razones sólidas para criticar a esta derecha que nos gobierna, pero eso hay que hacerlo con argumentos y propuestas ; no sólo con eslóganes y titulares para la prensa.
La gran oportunidad de Rubalcaba y del PSOE, que sigue sin recoger ni un solo voto de los que pierde a chorros el PP, es aparecer como alternativa seria, capaz de sacar este país adelante, y una…
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