maldito teléfono móvil

10 02 2013

1360342426_extras_portada_0Acabo de leer una frase que ha hecho que todos los temas que creí que me interesaban para comentar en este blog pasen a un segundo plano. Es tanto el tiempo que dedicamos a mirarnos el ombligo que con demasiada frecuencia nos olvidamos de que existen otras gentes, otros mundos y otros corruptos que jamás dejarán de ser como son, porque a nadie interesa que cambien.
Solamente con que miren la foto que acompaña a este artículo es suficiente para que, al menos durante unas horas, seamos conscientes de que hay crímenes que se cometen en nombre del progreso o de la comodidad de los países ricos, sin que nadie sienta un golpe en su conciencia.
La frase a la que me refiero es : “para que nosotros usemos el teléfono móvil hay gente que tiene que morir”. La ha dicho Nuria Juvanteny, una carmelita que lleva 25 años en África ,cuyas declaraciones aparecen hoy en varios periódicos nacionales.
Por lo visto el 80% de los recursos mundiales del coltán, mineral clave en las nuevas tecnologías, se encuentra en las minas del Congo, y para extraerlo los rebeldes utilizan a jóvenes y niños a los que los soldados azotan cuando éstos caen rendidos, tras horas de trabajo, para obligarles a continuar en su búsqueda del mineral.
El este del país es la zona más rica en dos minerales imprescindibles para la fabricación de tecnología compacta: coltán y casiterita. Los tutsis y hutus luchan por lograr el control de los valiosos recursos de esa zona del Congo, donde también intervienen los intereses de las grandes potencias que son las que se los compran. Las armas de estos dos grupos éticos son las propias personas, mujeres y niños que son abusados y maltratados por unos y otros.
Mientras tanto aquí nos preocupamos de las facturas de nuestras llamadas y no podemos vivir sin el whatsaap o la conexión a internet. Es cierto que la culpa de lo que les pasa a los niños del Congo no es nuestra, pero si cada vez que hacemos o recibimos una llamada recordamos que “alguien tiene que morir para que podamos usar nuestros terminales de telefonía”, le dedicaremos un segundo de nuestro tiempo a ser conscientes de que este mundo es una mierda.