Circula por internet una grabación de un asturiano que viene a Madrid y llama por a un servicio de información para que le den la dirección de un local » donde haya putes», y como el hombre en cuestión está contento intenta invitar a ese servicio al chaval que le informa al otro lado del teléfono para que le acompañe a la fiesta. Independientemente de la consideración moral que les merezca a ustedes un hecho de esta naturaleza, yo creo que cuando esto se hace con dinero propio, es un decisión personal que no concierne a nadie más, pero cuando la fiesta la pagan otros, la cosa no tiene gracia, y digo esto porque han sido juzgados y condenados tres mozos gallegos que entraron en la casa del cura, le obligaron a que les diera su tarjeta de crédito y el pin correspondiente, y le vaciaron la cuenta. El párroco…
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